Este verano paseando por St.Pierre d´Olerón, y dado que hacía una tarde espléndida, me di el gusto de sentarme en una terraza del pintoresco pueblito y tomarme un buen Pastís mirando al mar. En ese momento me vino a la cabeza uno de los poemas de Alberti que más me gustan. Que lo disfruten.
El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste acá?
Gimiendo por ver el mar, un marinerito en tierra iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el vientoal divisar la escollera!
Actualiza ya, hombre de dios.
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